Babolna, el poder de la belleza
Texto: Manuel HORCAJO y Rafael NEIRA Fotos: Nauta PRESS/Bábolna Stud
Trofeo Caballo - 2008
Trofeo Caballo - 2008
El emperador José II se fijó en una preciosa finca y en un precioso caballo. En la época del imperio Austro Húngaro el caballo era potencia. Napoleón nunca pudo hacerse con la caballería shagya. Hoy, este caballito árabe tiene conquistado al mundo.
Babolna es uno de esos nombres míticos entre todos los aficionados a los caballos, el lugar de origen de los apreciados Shagya, la casa de la que han salido algunos de los campeones más recordados. Pero Babolna también es un lugar lleno de historia, tanto dentro como en sus alrededores, a la par que un buen sitio para perderse durante unos días mientras se visitan sus magníficas instalaciones. Un lugar de turismo donde el caballo es el rey. El nombre de Babolna Puszta data del año 1268. Era el nombre que se le daba al lugar donde se seleccionaba el famoso ganado gris húngaro, después de haber recorrido las grandes llanuras de Viena y Regensburg. Era aquí donde se vendía el ganado a los carniceros de Komarom y Gyor. La huella del pasado se prolonga hasta nuestros días, porque aquí el pasado impregna a lo cotidiano. Todavía hoy la calle principal de Babolna se sigue llamando calle Meszaros (Carniceros). Más tarde, el Estado se hizo cargo de los Condados Szapary. Aunque no fue hasta el año 1789 cuando el emperador austro-húngaro José II, gracias a la recomendación y al impulso del capitán de caballería Jozsef Csekonics, compró los terrenos y creó la yeguada estatal de Babolna. Para los ejércitos de la época, los caballos eran potencia. La caballería era el arma más rápida y letal de una Europa que ha hecho de la guerra una realidad cotidiana. Su propósito era criar caballos rápidos y fuertes que fueran necesarios para el ejército y el público en general. Habían pasado cuatro años desde el establecimiento de la pionera Mezohegyes. El capitán Csekonics, un enamorado de los caballos, es el principal impulsor de Babolna, gracias a su buen ojo para encontrar un sitio perfecto para la cría de caballos y a sus buenos contactos en el gobierno. La contemplación de su escultura es un momento obligado en la visita a Babolna. Pero volvamos a la historia. Estamos en 1789 y la yeguada estatal además sirve de Academia Militar y de área de descanso para las tropas. Son años convulsos en Europa y en poco tiempo Austria-Hungría entrará en guerra con Francia, después de una batalla en la vecina Gyor. Un famoso caballo perteneciente a la yeguada volvió a Babolna sin jinete y así supieron que habían sido derrotados. Gracias a esto el resto de caballos pudieron ser evacuados y no pasaron a manos de Napoleón. Esto pertenece a la colección de relatos sobre un lugar mágico como éste, aunque una estatua en el patio de la yeguada recuerda a este animal. Lo que no es leyenda es lo que pasó después. Las tropas napoleónicas quemaron todos los establos y Babolna tuvo que ser totalmente reconstruido entre 1810 y 1820. Fue en estos años cuando se decidió que sólo se utilizarían sementales árabes para la crianza de Babolna, quince años después de que se hubiesen empezado a criar purasangres ingleses.
El origen de los Shagya La segunda parte de la historia de Babolna tiene dos protagonistas provenientes de la lejana Siria. El primero es el famoso semental ‘Shagya’, nacido en 1830, que fue importado a Babolna en 1836. Su cruce con las yeguas magiares fue un éxito, resultando un caballo árabe apto para las artes militares, el enganche y las labores de campo. La nueva raza recibió el nombre de caballos Árabes Shagya, en honor a su progenitor y sus descendientes figuran en las yeguadas más importantes de Europa. En 1978 fueron reconocidos como una raza independiente. El segundo protagonista es el Comandante Mihaly Fadlallah el Hedad. Su pasión por los caballos le llevó desde Siria hasta Babolna, donde se convertiría en supervisor de la yeguada que tanto había amado. Fue durante su mandato cuando el semental negro ‘O´Bajan’ (que había sido traído desde Oriente en 1885) se convirtió en uno de los reproductores más importantes de Europa hasta su muerte en 1910. Una placa conmemorativa recuerda el lugar donde están enterrados sus restos. Sus descendientes siguen siendo un referente de calidad, tanto por su resistencia como por su morfología. La yeguada sobrevivió a las dos guerras mundiales, aunque sufrió pérdidas considerables. Después de la II Guerra Mundial, Babolna perdió su carácter militar, pasando a formar parte del Ministerio de Agricultura, convirtiéndose en una Granja Estatal. Durante los años del régimen comunista en Hungría, Babolna pasó a ser una de las mayores empresas agricultoras en toda Hungría.
Un giro en Babolna En otoño del año 2001 una compañía propiedad del Estado, bajo el nombre de Babolna Nemzeti Menesbirtok Kft., se hizo cargo de todo con la intención de conservar y preservar todo el conjunto histórico, que es una parte importante del legado cultural húngaro. Esta compañía tiene algunas prioridades, como seguir a la cabeza de la crianza de caballos, el entrenamiento de jinetes, la organización de eventos competitivos, así como de conferencias, además de convertir Babolna en un referente nacional e internacional para el público a través del turismo. Cuando Miguel Vila y ‘Hungares’ lograron la medalla de oro en el último Campeonato del Mundo de Aachen (Alemania) en la modalidad de Raid, Babolna volvió a primera línea de las noticias ecuestres. Tratantes, jinetes y criadores pusieron sus ojos en este pueblecito húngaro; pero la calidad no se improvisa y en cría los milagros no existen.
Ocio e instalaciones Unas vistas impresionantes con la granja de la yeguada al fondo es lo primero que se ve desde la puerta principal. De los dos establos uno está dedicado a los sementales y otro a las yeguas. El manége de Babolna está considerado uno de los más bellos de toda Hungría y es de visita obligada. En el impresionante edificio que antes hacía las veces de Casino para los oficiales de Babolna, ahora se han situado los museos de entrenamiento y equitación, un lugar perfecto para repasar la herencia de un sitio tan especial. Aparte de los museos este edificio también contiene un lujoso restaurante llamado “Otösfogat” y una cafetería con el nombre de “Zsolnay”, donde no es raro encontrarse con celebraciones, bodas o recepciones enmarcadas en este lugar de ensueño. Dando un pequeño paseo se alcanzan los jardines botánicos, construidos en 1965, donde además de todo tipo de plantas se pueden ver algunos animales domésticos propios de la zona. Desde los jardines el siguiente punto de interés es el Csikótelep, donde corretean más de 60 yeguas árabes y sus potrillos.
Babolna hoy Actualmente la base de la yeguada la integran unos 250 caballos, entre ellos, 12 sementales y 61 yeguas de cría. El Shagya árabe está reconocido como un caballo elegante, de armoniosos movimientos, extraordinario buen comportamiento y una gran habilidad para aprender. Además tiene una gran capacidad de trabajo y proporciones equilibradas. Ante todo es un animal bello, muy en línea con los modelos de los caballos árabes. Es tremendamente práctico y aplicable a toda clase de usos, tanto con silla como con arnés. Su color predominante es el tordo, aunque se pueden dar en todos los colores, incluido el negro; y su alzada es de aproximadamente 155 centímetros. Aparte de los Shagya árabes, Babolna lleva criando purasangres ingleses desde hace más de cuatro décadas.
El origen de los Shagya La segunda parte de la historia de Babolna tiene dos protagonistas provenientes de la lejana Siria. El primero es el famoso semental ‘Shagya’, nacido en 1830, que fue importado a Babolna en 1836. Su cruce con las yeguas magiares fue un éxito, resultando un caballo árabe apto para las artes militares, el enganche y las labores de campo. La nueva raza recibió el nombre de caballos Árabes Shagya, en honor a su progenitor y sus descendientes figuran en las yeguadas más importantes de Europa. En 1978 fueron reconocidos como una raza independiente. El segundo protagonista es el Comandante Mihaly Fadlallah el Hedad. Su pasión por los caballos le llevó desde Siria hasta Babolna, donde se convertiría en supervisor de la yeguada que tanto había amado. Fue durante su mandato cuando el semental negro ‘O´Bajan’ (que había sido traído desde Oriente en 1885) se convirtió en uno de los reproductores más importantes de Europa hasta su muerte en 1910. Una placa conmemorativa recuerda el lugar donde están enterrados sus restos. Sus descendientes siguen siendo un referente de calidad, tanto por su resistencia como por su morfología. La yeguada sobrevivió a las dos guerras mundiales, aunque sufrió pérdidas considerables. Después de la II Guerra Mundial, Babolna perdió su carácter militar, pasando a formar parte del Ministerio de Agricultura, convirtiéndose en una Granja Estatal. Durante los años del régimen comunista en Hungría, Babolna pasó a ser una de las mayores empresas agricultoras en toda Hungría.
Un giro en Babolna En otoño del año 2001 una compañía propiedad del Estado, bajo el nombre de Babolna Nemzeti Menesbirtok Kft., se hizo cargo de todo con la intención de conservar y preservar todo el conjunto histórico, que es una parte importante del legado cultural húngaro. Esta compañía tiene algunas prioridades, como seguir a la cabeza de la crianza de caballos, el entrenamiento de jinetes, la organización de eventos competitivos, así como de conferencias, además de convertir Babolna en un referente nacional e internacional para el público a través del turismo. Cuando Miguel Vila y ‘Hungares’ lograron la medalla de oro en el último Campeonato del Mundo de Aachen (Alemania) en la modalidad de Raid, Babolna volvió a primera línea de las noticias ecuestres. Tratantes, jinetes y criadores pusieron sus ojos en este pueblecito húngaro; pero la calidad no se improvisa y en cría los milagros no existen.
Ocio e instalaciones Unas vistas impresionantes con la granja de la yeguada al fondo es lo primero que se ve desde la puerta principal. De los dos establos uno está dedicado a los sementales y otro a las yeguas. El manége de Babolna está considerado uno de los más bellos de toda Hungría y es de visita obligada. En el impresionante edificio que antes hacía las veces de Casino para los oficiales de Babolna, ahora se han situado los museos de entrenamiento y equitación, un lugar perfecto para repasar la herencia de un sitio tan especial. Aparte de los museos este edificio también contiene un lujoso restaurante llamado “Otösfogat” y una cafetería con el nombre de “Zsolnay”, donde no es raro encontrarse con celebraciones, bodas o recepciones enmarcadas en este lugar de ensueño. Dando un pequeño paseo se alcanzan los jardines botánicos, construidos en 1965, donde además de todo tipo de plantas se pueden ver algunos animales domésticos propios de la zona. Desde los jardines el siguiente punto de interés es el Csikótelep, donde corretean más de 60 yeguas árabes y sus potrillos.
Babolna hoy Actualmente la base de la yeguada la integran unos 250 caballos, entre ellos, 12 sementales y 61 yeguas de cría. El Shagya árabe está reconocido como un caballo elegante, de armoniosos movimientos, extraordinario buen comportamiento y una gran habilidad para aprender. Además tiene una gran capacidad de trabajo y proporciones equilibradas. Ante todo es un animal bello, muy en línea con los modelos de los caballos árabes. Es tremendamente práctico y aplicable a toda clase de usos, tanto con silla como con arnés. Su color predominante es el tordo, aunque se pueden dar en todos los colores, incluido el negro; y su alzada es de aproximadamente 155 centímetros. Aparte de los Shagya árabes, Babolna lleva criando purasangres ingleses desde hace más de cuatro décadas.
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